Como controlar la enfermedad fungosa denominada pudrición carbonosa de la corona de la fresa
Como controlar la enfermedad fungosa denominada pudrición carbonosa de la corona de la fresa. Conocido científicamente como Macrophomina phaseolina, este hongo presente en diversos cultivos, es causante de la enfermedad pudrición carbonosa. Si bien la enfermedad se da en distintos cultivos, la pudrición carbonosa afecta gravemente también a tan deliciosas berries como lo son las frutillas o fresas.
Se trata de una enfermedad emergente en Chile, ya que históricamente comenzó a reportarse en frutillas hace tan sólo 5 años atrás en el país andino, donde está siendo cada vez más importante. En Portalfruticola.com, conversamos con Marina Gambardella, directora del Departamento de Fruticultura y Enología de la Universidad Católica de Chile, quien nos explicó las características de esta enfermedad.
Gambardella indica que la Macrophomina phaseolina es una enfermedad que causa la pudrición de la corona de la frutilla, la cual causa un aspecto bastante característico en la fruta formando un tejido “corchoso” dentro de la corona. Su forma de actuar es afectando los haces vasculares, suministro de nutrientes de la planta, provocando daños en toda la corona y raíces, por lo tanto, interrumpe el flujo normal de la savia y agua, causando finalmente el decaimiento de la planta hasta que muere. “Esta enfermedad, a diferencia de otras enfermedades que están asociadas a alta humedad en los suelos, se relaciona a altas temperaturas y déficit hídrico”.
Gambardella explica que es difícil reconocer qué hongo está dañando a la planta, ya que todos aquellos que afectan a la corona, son hongos que producen el mismo tipo de decaimiento. Eso sí, una característica decidora de la Macrophomina phaseolina, es el aspecto corchoso al cortar la corona, aunque, como bien recomienda Gambardella, el análisis de laboratorio es lo que manda.
¿Cómo combatir esta enfermedad?
“Esta enfermedad podría no ser un problema en la medida que la planta tenga todas las condiciones para crecer apropiadamente”.
Si bien existe una variada gama de fumigantes que ayudan a prevenir la enfermedad, Marina Gambardella destaca una técnica en particular.
“La frutilla debería tener una buena rotación de cultivo, lo que es bueno para cualquier enfermedad que la afecta. Es cierto que depende mucho de la superficie del agricultor, ya que, en general, cuando hay una superficie más pequeña, el agricultor tiene más posibilidades de hacer una rotación a diferencia de grandes productores. Pero la rotación permite romper los ciclos de la enfermedad”.